Los vampiros energéticos parecen completamente distintos de los tétricos personajes de las películas, pero nos rodean prácticamente por todas partes. En la oficina es difícil evitar su influencia. Sin embargo, renunciar inmediatamente no es una opción, porque si reconoces a tiempo a un vampiro energético en un empleado, ¡puedes construir un sistema de defensa eficaz!
¿Cómo reconocer a un vampiro?
Un vampiro energético no necesita colmillos ni aspecto demoníaco. Los vampiros utilizan otros medios para conseguir sus objetivos, lo que se traduce en fatiga, dolores de cabeza, estado de ánimo depresivo e incapacidad total para concentrarse en asuntos de negocios. A menudo, los vampiros pueden aparecer ante sus colegas bajo disfraces bastante típicos: 1. El gracioso ruidoso Un buen chiste puede aliviar la tensión y arrancar una sonrisa a los empleados cansados. Pero el flujo constante de ocurrencias sólo distrae del trabajo. Si a esto añadimos el ajetreo perpetuo, la locuacidad, el flujo incesante de palabras, obtenemos el retrato típico del devorador de energía de la oficina. En cuanto te concentras en un trabajo importante, él surge inmediatamente de detrás del monitor y empieza a distraerte de tu trabajo. Como resultado, no puedes recordar dónde lo dejaste, y tu colega-vampiro, lleno de energía, vuelve tranquilamente a hacer su propio trabajo. Por cierto, las ocurrencias y las barrabasadas contra tus colegas son el arma favorita de este vampiro. 2. Otro tipo de sumidero de energía en la oficina, que utiliza muy hábilmente la receptividad y amabilidad de sus colegas. A todos nos encanta dar consejos y florecemos especialmente cuando nos los piden. Un empleado así tiene problemas en todas partes y necesita oír tu opinión. Salvo que, le aconsejes lo que le aconsejes, lo rechaza con sus argumentos. Llevas una hora intentando decirle la pura verdad,
¿Cómo se construye una defensa eficaz?
Los vampiros energéticos son prácticamente incapaces de «extraer» energía vital de forma independiente sin perjudicar a otras personas. Muchas personas desvían, sin saberlo, la fuerza vital de sus amigos y compañeros de trabajo, ¡pero esto no hace que nadie se sienta mejor! A veces varios vampiros de energía pueden trabajar en la oficina a la vez, y entonces el desempeño de las tareas diarias para el resto de los empleados se convierte en un duro trabajo. Sin embargo, el despido es una medida realmente extrema, y no hay garantías de que en otra oficina se esté completamente libre de depredadores de energía. Por eso es necesario conocer las reglas básicas para contrarrestar a los vampiros energéticos y aprender a construir una defensa eficaz. 1. Ignora sus declaraciones El arma de cualquier vampiro energético es la palabra, y tu mejor defensa es ignorar por completo lo que oyes. Sí, al principio te resultará extremadamente difícil contenerte y no reaccionar ante los comentarios y ataques cáusticos hacia ti. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, serás capaz de percibir con más indiferencia los intentos de un vampiro energético de provocar ciertas emociones en ti. Intenta permanecer en este modo sólo tres semanas, y durante este tiempo desarrollarás un hábito útil para distanciarte del compañero-vampiro. 2. Abstente de dar consejos Si un compañero te pide consejo o se interesa por tu opinión, no es buena idea hacerse el callado. Sin embargo, sepa distinguir entre una necesidad genuina y una mera diversión. Si tu consejo es recibido con un aluvión de refutaciones y p
No es difícil defenderse de los ataques de un vampiro energético. En primer lugar, debes conocer claramente los métodos que prefiere utilizar tu colega. Y en cuanto su vampiro muestre los colmillos — evite el ataque ignorándolo, faltándole al consejo o recordándole directamente sus deberes profesionales.