Las vacaciones ideales deberían durar 28 días, como debe ser. Ni un día menos. Sin embargo, no todos los empresarios están dispuestos a despedirse de un empleado durante un periodo tan largo.
Y como alternativa, muchos sugieren dividir las 4 semanas de vacaciones en periodos más cortos. Y si durante quince días, en principio, es posible descansar y aliviar el estrés laboral, ¿qué hacer si sólo se dispone de una semana?
Temporalmente no disponible
Si sólo tienes una semana de vacaciones sin preocupaciones a tu disposición, apaga el teléfono por la noche antes de las vacaciones. Así te protegerás de las llamadas repentinas de compañeros que no encuentran algunos documentos, archivos o contactos. Si ya has explicado a tus compañeros dónde y qué haces, puedes apagar todos los teléfonos con la conciencia tranquila, dejando encendido sólo el número de «casa».
Si utiliza activamente las redes sociales, debería excluirse por completo de Internet o prohibir la comunicación con un determinado grupo de personas, incluidos sus empleados y directivos. Sin embargo, la primera opción sigue siendo preferible, porque puedes «pasar el rato» en las redes sociales y en los días laborables, ¡y es mejor relajarse de formas menos convencionales!
Romper estereotipos
Una semana de vacaciones es muy poco para la fisiología de nuestro cuerpo. Para pasar del modo de trabajo al ritmo relajante del descanso, el cuerpo necesita unos días de los que, por desgracia, usted no dispone.
Una de las mejores opciones en este caso es romper el estereotipo. Empieza a descansar inmediatamente la tarde de tu último día de trabajo. En lugar de desplomarte cansado en el sofá, vete de fiesta, tómate unas vacaciones en casa o diviértete activamente en la naturaleza. La diversión activa y el posterior régimen de descanso y recuperación «alejarán» inmediatamente tus pensamientos de la resolución de los problemas laborales. Así se ahorrará la preocupación constante por cómo se las arreglan sus compañeros sin usted. Cuanto más se divierta, antes podrá entrar de lleno en el modo de descanso.
Nuevas experiencias
A primera vista parece imposible obtener nuevas impresiones en una semana. Sí, no tienes tiempo suficiente para dar la vuelta al mundo, pero sí más que suficiente para hacer excursiones informativas por tu ciudad o región.
Para empezar, planifica varios días seguidos de tal forma que puedas hacer casi continuamente alguna excursión o descubrir por tu cuenta nuevos lugares de tu ciudad natal y familiar. Hacer fotos de tu barrio desde un ángulo inusual o visitar lugares asociados a los recuerdos de tu infancia es una idea estupenda para los que quieren recargarse no sólo de nuevas impresiones, sino también de vivas emociones.
Cambiar de aires
No hace falta que planifiques la solución de los problemas domésticos si sólo te vas una semana de vacaciones, pero sí puedes cambiar de aires. Vayas donde vayas, seguro que te llevas tu tableta o smartphone favorito, aunque sólo sea para consultar periódicamente el navegador en lugares desconocidos. Cambia el salvapantallas de tu gadget favorito: pon algo que se asocie a unas vacaciones o a la relajación. Que sea una foto bonita que hayas hecho el primer día de vacaciones. Aunque no vayas a ir a ningún sitio, pon en el salvapantallas una foto de tus hijos o de ti divirtiéndote con tus amigos. Lo principal es que la foto no esté asociada a tu rutina habitual. Y no olvides apagar el despertador.
El curso — sobre el cumplimiento de los sueños
La pregunta retórica de si una semana de vacaciones es mucho o poco no te molestará si empiezas a hacer realidad tus sueños desde el primer día. Por supuesto, debes elegir el que pueda alcanzarse de forma realista en este periodo de tiempo. Haz una revisión de tus deseos: probablemente habrá algo que puedas hacer en uno o dos días.
El sueño de ir a una obra de teatro o a un concierto puede hacerse realidad durante las vacaciones. Y sueños aún más insólitos se cumplen mejor cuando sus pensamientos no están en el trabajo. Durante este tiempo, puede saltar en paracaídas o aprender un nuevo tipo de ganchillo, sorprender a sus seres queridos con sus conocimientos de cocina francesa o aprender algunos movimientos al estilo del tango. De este modo, tendrá la sensación de que no se ha limitado a holgazanear en el sofá y a pasar sus preciados siete días sin rumbo, sino que ha dedicado este tiempo al desarrollo personal y a las emociones positivas.
Sol, aire y agua
Un cambio de la oficina familiar al paisaje natural es una gran idea para un veraneante cansado. Aunque vivas lejos de una masa de agua, intenta pasar más tiempo en la naturaleza: ve a parques, pasea más por la calle y, en definitiva, camina. Es especialmente útil para aquellos cuyo trabajo es sedentario.
Muchos psicólogos recomiendan caminar descalzo sobre la hierba, la tierra o la arena como un eficaz aliviador del estrés. Los picnics en el campo o las auténticas excursiones turísticas con tiendas de campaña y descenso de ríos te ayudarán a readaptarte del estresante ritmo urbano a otro más adecuado para un veraneante.
Si ha planeado un viaje a otra ciudad, asegúrese de dedicar tiempo a conocer la naturaleza del nuevo lugar. Por maravillosas que sean las obras maestras de la arquitectura, no limites tus impresiones a los paisajes urbanos.
Es posible relajarse e ir a trabajar con impresiones positivas y ánimo renovado tras una breve semana de vacaciones. Unos pocos días bien invertidos pueden ser mucho más útiles, interesantes y ricos emocionalmente que un mes entero de descanso pasivo. Así que decide lo que quieres y ¡vete de vacaciones!