Nuestra vida y nuestra salud dependen no sólo de vitaminas, minerales y oligoelementos, sino también de una energía sutil invisible a simple vista. Esta energía circula por nuestro cuerpo, manteniéndolo en condiciones óptimas. Pero si hay un fallo en el plano sutil, y la energía no puede circular correctamente, se produce una dolencia, una enfermedad. Todos sabemos que hay personas que, voluntaria o involuntariamente, pueden quitarnos la energía o interrumpir su circulación.
Así, una persona que nos quita la energía por la fuerza, en contra de todas las leyes del intercambio mutuo de energía, está cerca de nosotros. Y tú y yo, que le damos esta energía en contra de nuestros deseos, nos convertimos en donantes a voluntad. Los psíquicos experimentados identifican a tales personas fácil e inmediatamente. Pero, ¿cómo podemos usted y yo, personas corrientes, determinar que nos hemos comunicado con un «estafador» de energía?
He aquí algunos signos por los que se les puede reconocer:
— Cuando te comunicas con él, sientes como si alguien (no necesariamente un vidente) intentara sugerirte un pensamiento o una idea ajena, ajena a tu visión del mundo;
— Cuando vuestras miradas se cruzan, te sientes tenso y vulnerable sin motivo aparente;
— Durante un diálogo con él o ella te sientes irritado sin motivo, quieres terminar la conversación lo antes posible;
— Después del diálogo te sientes cansado, destrozado y enfermo.
Los parásitos energéticos astrólogos, videntes, clarividentes, por regla general, se dividen en varios tipos: «acusador», «hermana llorona», «charlatán», «reina del drama» y «eterna infelicidad». No es necesario ir a una consulta con un adivino — ya por un nombre es fácil identificar la forma de comunicación. También cuando hables con una persona, presta atención a su forma de conversar. Si su interlocutor está constantemente quejándose, quejándose de la vida, pero no toma ninguna acción para cambiar algo, usted puede estar seguro: antes de que usted es un representante de una especie de parásitos de energía.
Usted puede protegerse de la influencia de tales personas con la ayuda de una de las 7 opciones:
1. Desentrañar la causa de la negatividad. Si una persona está insatisfecha con su trabajo, sus relaciones con los seres queridos, la única forma de demostrar de algún modo su valía es hacer sufrir a los demás. Quejándose constantemente de sus problemas, buscan atención, de la que carecen.
2. Intenta abstraerte de las emociones que surgen al hablar con un interlocutor tan peligroso. Con el tiempo, aprenderás a gestionar tus emociones.
3. Sonrisa e indiferencia. Si un vampiro energético intenta iniciar una conversación desagradable para ti, sonríe y guarda silencio. Lo principal es mantener la neutralidad y no dejar que la persona te transfiera su negatividad. Al mostrar una reacción, le das al vampiro alimento y una razón para comunicarse contigo una y otra vez.
3. Aplique un truco sencillo: pídale a la persona que le cuente algo bueno. Esto es especialmente relevante cuando el interlocutor te ha contado por enésima vez cómo acudió a un clarividente — y aún así no hizo la pasta, o los tomates no maduraron, o qué mala suerte tiene. Lo más probable es que, tras su petición de que le cuente cosas buenas, el vampiro pierda el interés por usted.
4. No te dejes utilizar. Los bioenergéticos profesionales recomiendan: No ayudes a todo el mundo, porque algunas personas se aprovechan de ti. Además, escuchar constantemente la negatividad no traerá resultados positivos.
5. Repítete a ti mismo: «Te quiero, perdóname, gracias». Esta técnica funciona porque inconscientemente influyes en la persona. Como resultado, el «vampiro» dejará de interesarse por ti, porque se alimenta de emociones negativas.
6. No se deje atormentar por la culpa. Cuando te comuniques con parásitos energéticos, a menudo te sentirás culpable, porque te parecerá que deberías ayudar a resolver los problemas de tu interlocutor. Sin embargo, no debes trasladar esta carga sobre ti. Los «estafadores» energéticos no te exigen esto, aunque disfrutan viendo tu sufrimiento.
7. Sintoniza con lo positivo. Cuantas más emociones positivas experimentes, menos posibilidades tendrán los «parásitos» de influir en ti.
¿Es útil comunicarse con un parásito energético?
Resulta que a veces también son beneficiosos. Al igual que una sanguijuela puede succionar la sangre mala, un «parásito energético» hace sitio en nuestro interior para algo nuevo, limpio, fresco, bebiendo algo innecesario y superfluo junto con buena energía. Analiza: ¿por qué la comunicación con una persona concreta provoca tanta negatividad en ti? Si no puedes entender por qué, lee las cartas del Tarot. Una vez que lo entiendas, te será más fácil comprender lo que necesitas cambiar en ti para mejor.