Seguimos contando sobre la vida de los psíquicos — personas que tienen un gran conocimiento y habilidades extraordinarias. Esta vez el velo del secreto sobre su vida fue levantado por Siana, una maravillosa taróloga, vidente y bioenergética.
Taróloga, vidente y bioenergética.
Nací en el seno de una familia nada corriente: en ella había clarividentes, curanderos y comadronas. Pero nunca me involucré en los asuntos de mis abuelas y viví una vida completamente ordinaria, excepto por el hecho de que mis sueños a menudo se hacían realidad, y a veces por la noche era como si saliera de mi cuerpo físico y pudiera verme desde fuera. Pero siempre pensé que era algo muy corriente, que todas las personas podían hacerlo, niños incluidos.
Terminé el colegio, luego la escuela técnica, me casé. Y ahí empezó lo más interesante y esclarecedor de mi vida. Después de que naciera mi hija, los médicos descubrieron que tenía una enfermedad muy grave, que requería una operación inmediata. Fue muy difícil, y después los médicos dijeron que con semejante diagnóstico ya no podría tener hijos.
Y aquí «accidentalmente» consigo ver a una vidente, que más tarde se convirtió en mi mejor amiga. Pero, como comprenderás, no hay nada accidental en este mundo, y empecé a hacer esoterismo con la ayuda de la vidente. Ella me enseñó todo lo que sabía hacer, por lo que le estoy muy agradecido. Y luego yo misma entré en la escuela de una vidente muy conocida en nuestro país, hice un curso de formación y empecé a trabajar con la gente.
Me dediqué a prácticas esotéricas relacionadas con mis energías interiores, que podía controlar tanto dentro de mí como dirigiéndolas para cambiar mi destino. Más tarde, esta práctica energética empezó a ayudarme a trabajar con mis clientes para cambiar su estado energético y su destino. Muchos de mis clientes se han convertido también en mis alumnos y han aprendido a cambiar situaciones para mejor.
En busca de nuevos conocimientos, visité lugares sagrados en Kazajstán y Rusia, e hice muchas prácticas energéticas. Y un día ocurrió un milagro: a pesar de todas las predicciones de los médicos, no solo me curé, sino que di a luz a otro niñ o-mi hijo- 16 años después.
En 2010 terminé la escuela de Tarot con un tarotista muy bueno en Israel, luego tuve una práctica muy fuerte de un año bajo su supervisión. Este fue mi establecimiento final como psíquica, tarotista, bioenergética.
Voy a revelar un secreto más. Mis clientes habituales, por supuesto, ya conocen esta historia, y ahora se la contaré a usted. ¿Por qué acudí una vez a una vidente? Todo es muy sencillo: porque no estaba satisfecha con mi matrimonio, pero una «pitonisa» me dijo que este matrimonio era el único mío, de una vez por todas. Y pensé: «¿Cómo que el único? Definitivamente, ¡puedes cambiar tu destino!». Como ya habrán adivinado, lo cambié. Ahora estoy en un nuevo matrimonio, y a mi lado está el hombre con el que una vez soñé. Cuando visité los lugares santos, no pedí que me «dieran» un marido: pedí conocimiento, fuerza y capacidad para cambiar mi destino por mí misma. Y mis peticiones fueron escuchadas.
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