El sentimiento más extraordinario que puede experimentar un ser humano es el amor. Me encanta cómo lo describió el escritor ruso Mijaíl Prishvin: «La persona que amas en mí es sin duda mejor que yo: yo no soy así. Pero tú amas, y yo intentaré ser mejor de lo que soy». En efecto, las personas enamoradas descubren en sí mismas y en el objeto de sus sentimientos cualidades y propiedades extraordinarias, nunca antes vistas. El amor ilumina nuestro camino, nos hace más amables, nos hace esforzarnos por algo mejor, nos guía.
¿Cómo son las relaciones kármicas?
Pero el amor no siempre trae sólo alegría y dicha sobrenatural. A menudo nos hace sufrir, atormentados por los celos, la incertidumbre o la indivisibilidad de los sentimientos. Por ejemplo, viven en el mundo personas completamente diferentes que no pueden unir nada, pero de repente se encuentran y se produce un huracán. Las emociones están fuera de escala, los sentimientos prevalecen sobre la razón, todo se subordina a una sola cosa: el deseo de estar cerca. La gente puede arruinar familias, carreras, no escatimar en salud… con tal de estar el uno con el otro. En su camino surgen dificultades insalvables y se hace difícil resistirse a las circunstancias que les impiden estar juntos. Comienza un círculo vicioso en el que parece que te están destrozando. Y la relación empieza a degenerar en una miseria atroz. Pero estos dos no pueden romper, y separados para vivir tampoco funciona.
Hay otras relaciones. Dos no sucumben al calor de la pasión y se dan cuenta de que no pueden estar juntos, pero el destino los empuja una y otra vez, sin dejarles ninguna oportunidad de calmarse, olvidarse el uno del otro y seguir adelante. No importa lo lejos que estén, ni el tiempo que lleven separados, ni lo mucho que intenten olvidar, pero una y otra vez sus caminos se cruzan. A veces, la fuerza de los sentimientos entre las personas es tal que cuanto mayor es la distancia que las separa, más fuerte y mejor se sienten la una por la otra.
Ahora sólo hemos descrito dos variantes de relaciones, pero puede haber muchas. Lo que las une es que, funcionen como funcionen, nunca son fáciles. Siempre son duras, agotadoras y muy difíciles de unir.
Si tenemos en cuenta este tipo de relaciones con la ayuda de herramientas de adivinación, a continuación, en los diseños se caen cartas Rueda de la Fortuna o la runa de Odín. En tales casos, los expertos hablan de las relaciones kármicas de los socios — las relaciones más complejas y difíciles entre las personas.
Signos de las relaciones kármicas
Hay varios signos por los que se puede entender de forma independiente si su relación con su pareja es kármica.
- — Una atracción irresistible mutua;
- — Una sensación de «conocerse», cuando a primera vista, desde la primera conversación se tiene la sensación de que las personas se conocen desde hace mucho tiempo;
- — Pensamientos persistentes y obsesivos sobre una persona;
- — una relación difícil, difícil, agotadora. Y al mismo tiempo — es imposible estar sin el otro por mucho tiempo. Como se suele decir, «no podemos estar juntos y no podemos ir a ninguna parte el uno sin el otro».
- — incluso si rompéis y no os veis durante mucho tiempo, la próxima vez que os veáis, todo «rebrotará» con renovado vigor, por mucho tiempo que haya pasado;
- — desigualdad de la relación, llegando a extremos de sentimientos que van desde el amor extraordinario al odio impensable;
- — Personas diametralmente opuestas, por razones inexplicables.
¿Qué significan en la práctica las relaciones kármicas?
Si los expertos te dicen que estás en una relación kármica, significa que en vidas pasadas, tú y esta persona también os conocisteis y tuvisteis una relación, pero cometisteis algunos errores que condujeron a una deuda kármica. En esta vida, esta vez, el destino te está dando la oportunidad de corregir esos errores y saldar la deuda.
Por desgracia, como las relaciones kármicas entre un hombre y una mujer siempre son difíciles, se caracterizan por emociones fuera de escala: te elevas de amor, luego estás dispuesto a odiar durante el resto de tu vida. Las relaciones kármicas o bien ayudan a las personas a ir por la vida correctamente o bien aumentan su deuda kármica con el Universo. Y la mayor dificultad de estas relaciones para una persona es entender cuál es el trabajo de la deuda kármica en cada pareja, esta es la primera etapa para trabajar la deuda.
Pero, ¿qué es lo que al final debe servir para saldar el karma: superar todos los obstáculos y estar juntos, o, a pesar de los fuertes sentimientos y la atracción mutua, separarse? ¿O tal vez, cambiar radicalmente su comportamiento en la relación, su postura y reordenar sus emociones? Esto es algo que cada pareja tiene que averiguar por sí misma. Hasta que el karma no se resuelva de un modo u otro, el destino os reunirá una y otra vez. Tarde o temprano os encontraréis de todos modos.
Por desgracia, las relaciones kármicas son difíciles no sólo para los amantes, sino también para los expertos a los que se les plantean estos problemas.
A veces la gente está esperando ayuda y consejos sobre cómo salir de este círculo vicioso. Y es con consejos y ayuda que las cosas son muy difíciles. Se cree que las relaciones kármicas son el Destino en última instancia. Pero ver tales relaciones es muy difícil: el propio Destino no da a los extraños la oportunidad de interferir e influir de algún modo en los acontecimientos. Además, en el caso de las relaciones kármicas, cualquier intervención sólo puede empeorar la situación.
Por lo tanto, si te encuentras en una relación kármica, recuerda: ¡lo que está predeterminado debe suceder! Tienes que recorrer este camino por ti mismo, sin ayuda externa. Sólo así los participantes en relaciones kármicas pueden aprender una lección y corregir su karma.
Espero que este artículo aclare algunas cuestiones sobre las relaciones kármicas. Que vuestro amor sólo traiga las emociones más brillantes y cálidas.