La magia de las palabras, o por qué lo que decimos se hace realidad

El poder de una palabra hablada es muy grande: una palabra puede matar y curar, todo depende de las intenciones del hablante y de su fuerza de voluntad.

Las palabras son la expresión material de pensamientos, sentimientos y emociones. La magia utiliza diversas formas de hechizos que producen resultados. En cualquier caso, las palabras programan en mayor o menor medida la conciencia e influyen en los procesos que tienen lugar. En general, se cree que la magia de las palabras tiene una poderosa fuerza destructiva. Al fin y al cabo, es mucho más fácil provocar en nosotros una fuerte emoción negativa concentrada, que expresamos con nuestras palabras. Para utilizar el poder de las palabras sanadoras y dadoras de vida, es necesario poseer armonía mental y fuerza interior, y esto es mucho más difícil. Veamos el mecanismo energético de lo que ocurre cuando se pronuncian palabras y deseos.

Cómo influyen las palabras y los deseos en nuestra vida

Las palabras y sus series de sonidos forman una onda que penetra en el biocampo de un ser vivo. Esta onda crea deformaciones y cambia la estructura de los caparazones sutiles de una persona, tras lo cual se producen cambios a nivel de la fisiología, y después en la sociedad y el espacio circundante. El poder de las palabras habladas depende en mayor medida de la fuerza de las emociones del que las pronuncia y de su estado de ánimo.

Por qué los deseos negativos se cumplen más a menudo

Por regla general, las emociones más brillantes son de naturaleza negativa (ira, agresividad, irritabilidad, rencor, odio, rabia y otras). Por este motivo, los deseos y las actitudes verbales negativas se hacen realidad con más frecuencia. El mecanismo de la magia de las palabras funciona de tal manera que el estado del hablante se transmite al interlocutor y se le imponen determinados programas que luego se hacen realidad. Cuando la conciencia de una persona que ha escuchado una determinada instalación ha aceptado la información, comienza el proceso de su plasmación en la realidad de la vida. Si una persona tiene una experiencia negativa de experimentar estados pronunciados o miedo a conceptos pronunciados, se activan automáticamente los «anclajes», lo que conduce a una encarnación intensa y rápida de las actitudes verbales. Por ejemplo, si una persona tiene una experiencia de amor infeliz y relaciones rotas, durante una situación de conflicto escucha: «No eres capaz de relacionarte» o «Volverás a estar solo», entonces esta situación sucederá realmente y la sugestión recibida funcionará con mayor fuerza debido a la experiencia negativa de vivencias pasadas.

Cómo curar y hacer feliz con palabras

En cuanto al poder curativo de las palabras, las más poderosas son las que pronuncia una persona con la emoción de la gratitud. En este caso, las instalaciones cobrarán fuerza constantemente y podrán cambiar la vida a mejor. El más intenso es el efecto de la palabra sobre el agua. Es por esta razón que el agua bendita o agua conjurada tiene un gran poder de influencia sobre una persona. Al fin y al cabo, nuestro cuerpo está compuesto en un setenta y cinco por ciento de agua, por lo que la influencia se produce de la forma más intensa a través del agua. Ten cuidado y presta atención cuando tomes té u otras bebidas rodeado de personas negativas. El alcohol tiene un efecto muy poderoso cuando se pronuncian diversas actitudes. De ahí la regla de los brindis en la mesa y los deseos, pero las actitudes negativas pueden decirse de forma airada, lo que también funcionará.

Práctica de defensa contra la información negativa en el propio discurso

Así pues, todo el mundo comprende que la magia de las palabras es muy grande, pero ¿cómo utilizarla para su propio bien y protegerse de las influencias negativas? Esto lo estudiaremos más a fondo. Hay varias reglas que le permitirán eliminar el impacto negativo de las actitudes verbales, pero le ofrezco la más eficaz y probada durante años. Cuando haya escuchado información negativa en su discurso, en primer lugar intente lavarse esta influencia con la ayuda del agua. Para ello, lávate las manos y lávate inmediatamente, contándole al agua tus preocupaciones y temores, como una confesión, e imaginando cómo el agua se los lleva y los disuelve. Después coge un vaso de agua limpia, ponlo entre las palmas de las manos y di mentalmente o en voz alta aquellas actitudes que te fortalecerán y ayudarán a protegerte de los programas pronunciados. Después intenta agradecer el agua sinceramente, y empieza a beberla lentamente, sintiendo frescor y ligereza. Si cada mañana te cargas un vaso de agua, imbuido de gratitud y emociones agradables, podrás protegerte de la influencia destructiva de las palabras y liberarte de su poder mágico.