Los antiguos chinos creían que el hombre participa en el curso de la vida como un igual de la tierra y el cielo. Como una fuerza activa, no sólo dependiente, sino también capaz de influir en el mundo que le rodea, en sus circunstancias y en su destino. El clásico chino «Libro de los Cambios» I Ching se sigue utilizando regularmente en todas las familias chinas, junto con la astrología china, los sistemas de respiración y el antiguo arte del Feng Shui. Para utilizar el Libro de los Cambios no se necesitan conocimientos secretos especiales ni la ciudadanía china, y no se requiere formación previa. La singularidad del I Ching es que el Libro de los Cambios, da la interpretación detallada de una situación con posibles variantes de su desarrollo, es decir, adivinando en el Libro de los Cambios, no sólo defines la característica detallada de la situación de tu vida, sino que también recibes una recomendación concreta con elementos de predicción del futuro. Si actúa de acuerdo con ella, podrá llegar a la solución óptima de los problemas e incluso al desarrollo más favorable de la situación. Antes de empezar a adivinar tienes que relajarte, distraerte de otras cosas, concentrarte y, si es posible, formular con precisión tu pregunta o tu problema. La adivinación «I Ching» comienza con la construcción de una figura especial: un hexagrama, formado por seis líneas horizontales dispuestas una sobre otra, que pueden ser sólidas y discontinuas. De hecho, la adivinación consiste en recibir esta figura y su posterior interpretación. En total es posible recibir 64 hexagramas que de forma general describen todos los