La información proporcionada en este artículo no debe utilizarse para hacer un diagnóstico o prescribir un tratamiento y no sustituye la visita a un terapeuta. Busque ayuda profesional.
Seguro que muchos de nosotros tenemos personas en nuestro entorno con las que la comunicación nos resulta pesada y cada vez nos estropea el estado de ánimo. Averigüemos por qué no las excluimos de nuestras vidas.
«El hombre es un animal social». Y efectivamente es cierto, todos dependemos mucho de los que nos rodean, y es muy raro conocer a una persona que esté dispuesta a pasar el resto de sus días sola. «¿Quién soy? ¿Cómo soy?» — nos preguntamos, mirando a los demás como en un espejo. Y por regla general, cuanto menos confiamos en nosotros mismos, mayor número de amigos, compinches, camaradas necesitamos para sentirnos significativos, queridos y respetados. La definición de «amistad» nos queda clara ya al tercer día de ir al arenero. Estamos seguros de que seremos amigos de Masha toda la vida y nos casaremos con Petya. Pero entonces Masha se vuelve codiciosa y no nos deja jugar con Vasya, y Petya nos golpea sin piedad en la cabeza con una espátula… ¿qué pasa? Las preferencias cambian drásticamente, pero debido a la edad ocurre con facilidad, sin ninguna angustia ni tormento mental. Los psicólogos dicen que si mantuviéramos esa franqueza infantil toda la vida, el número de personas con crisis nerviosas y trastornos se reduciría muchas veces. Pero, la realidad de la vida es un poco diferente, y seguramente cada persona encontrará un par de «amigos», después de reunirse con los que querrá beber un par de pastillas de Validol, o mejor medio litro de coñac. Surge una pregunta legítima: ¿por qué mantenemos esas relaciones que nos desgastan y complican la vida? Probablemente, es necesario comprender cuáles son los factores que nos frenan y nos animan a mantener relaciones tan dolorosamente complicadas, y tal vez entonces seamos capaces de deshacernos de ellas.
Un divertido juego de «Grúa y Hundimiento».
Este es el tipo de juego al que hemos estado jugando con Marina durante doscientos años. Marinka me llama sólo cuando necesita llorar y quejarse, mi papel en este juego es el de «oyente activo» y, por supuesto, se espera de mí que dé consejos inteligentes, o mejor, ayuda real. Mi intento de compartir mis noticias provoca una reacción: un fregadero atascado. Marina interrumpe, no da pie con bola y, en general, sólo se enteró un año después de que cambié de lugar de trabajo, y eso por conocidos comunes. Por un lado, el deseo de ayudar — es muy natural y noble, pero hay una diferencia — la ayuda y la dependencia psicológica — sentir la diferencia? Aquí surge una esperanza subconsciente de «trueque», como — si hoy me apresuré a la primera llamada para ayudar a mi amiga, mañana ella hará lo mismo por mí (pero, por supuesto, tal reciprocidad es muy rara, si acaso). Tal comunicación es devastadora (y eso es lo mínimo), servimos de auténtico «vertedero» para nuestros amigos. Al mismo tiempo, me enteré de que Marinka se compró un coche nuevo, me enteré sólo después de seis meses y por gente completamente «de izquierdas». Es una pena, ¿verdad? ¿Qué hacer en una situación así? La posición de «oyente activo» — en realidad no ayuda a nadie, e incluso al contrario — cuanto más alimentes con emociones negativas la situación de tu amiga, más se quejará. La solución al problema es expresar tu opinión sobre la situación y aconsejar cómo resolver el asunto. Eso es todo: ahí acaba mi papel y Marinka hace el resto por su cuenta. Con el tiempo, cuando el juego
No necesitas imponerte a tus amigos
Probablemente la adicción más compleja. Se produce cuando tienes una relación muy estrecha con otra persona. Esta «otra persona» tiene la autoestima muy baja, está «incapacitada» sin ti y tú le sirves de «muleta». Durante algún tiempo puede ser útil para desarrollar sentimientos de compasión, ayudar a un ser querido, etc., pero con el tiempo se alarga y no se descarta que la vida te lance un «paciente» así, que no amargue la madre. Así que tienes que elegir, porque tal adicción está muy cargada de proyección en su vida. Deshazte de ella. El sentido del deber y la costumbre como incentivo para comunicarse Algunas relaciones se heredan. Y para mantenerlas hay que hacerlo por respeto a los demás. No todas las personas se paran a decir: «¿Para qué necesito a este primo tercero, al que no he visto en mi vida?». Aunque eso es exactamente lo que deberían hacer. La segunda situación: hace unos ocho años que no veo a mi «mejor amiga» de la infancia, porque vivimos en países distintos. Durante los primeros 5 años mantuve el contacto con ella por teléfono, era una especie de ritual: los viernes a las 7 de la tarde tenía que llamar a Yulka. Pero cada vez había menos temas de los que hablar, la vida estaba cambiando, así que nos limitábamos a charlar por teléfono sobre nada. ¿Para qué sirve todo esto? Lo que tengo en el alma después de semejante, si se me permite decirlo, conversación — sí, habéis adivinado bien, fastidio por un tiempo perdido sin rumbo. ¿Y qué hago? Terminar cuanto antes, seguro que Yulka también está en ello.
Pseudoamigos
Hace unos tres años viajábamos con mi marido a los Cárpatos y conocimos a una pareja encantadora Tanyushka y Artyom en el tren, después del viaje seguimos comunicándonos, fuimos a su boda, y luego hubo un viaje más juntos. Después les felicitamos todas las fiestas y de vez en cuando hablábamos por teléfono. Con el tiempo, los temas comunes se han quedado en nada, y cada llamada o felicitación se convierte en «en tensión». Lo que conseguimos — nos ponemos en el número de «buenos conocidos» y supuestamente llenamos nuestro círculo social de gente positiva. Pero los buenos recuerdos de un viaje y una boda no son suficientes para la amistad. En consecuencia, nuestros recursos de sociabilidad se agotan y corremos el riesgo de agotamiento emocional. ¿Qué hacer? Llamar menos a menudo, comunicarnos menos, y al final todo se queda en nada.
«Tengo miedo de mí mismo…»
No sé si os ha pasado, pero a veces estáis sentados en casa, con la tele a todo volumen, y la mano no para de coger el teléfono? De hecho, no me interesa lo que está pasando en la tele, y no me interesa en absoluto lo que ha dicho la nuera de mi suegra: sólo me distraigo de mis propios problemas creando «ruido blanco». Si permanezco en silencio, me enfrento a mis propios problemas, a mis propias tareas que hay que resolver urgentemente, pero las aparto, las pospongo. ¿Es peligroso? Claro que es peligroso: detrás de todo este ruido artificial, puedo dejar de oír y perderme lo principal, exactamente lo que sólo yo necesito. ¿Cómo resolver el problema? Priorice sus tareas diarias: qué hay que hacer primero, haga un plan para la semana, resuelva los problemas más agudos y acuciantes. Sólo después de hacer todo esto — ¡podemos compartir las buenas noticias con los amigos!
Metodología Fly Lady
Últimamente, los entrenamientos psicológicos y de coaching se han hecho muy populares, y todos hablan de una cosa: ¡deshazte de cosas innecesarias, límpiate de «basura», deja sólo conocidos útiles en tu vida! Hagámoslo. La esencia del método es simple: abrimos un «armario» con amigos, camaradas, compañeros, conocidos, vecinos, parientes y todos los que nos rodean — estudiamos a cada uno de ellos, respondiendo a las preguntas: 1. ¿Se puede confiar a esta persona información personal? 2. 2. ¿Desea esta persona comunicarse contigo con la misma frecuencia que tú te comunicas con ella? 3. 3. ¿Es fiable su palabra? 4. Cómo reaccionan tus otros amigos ante tu comunicación con esta persona? 5. Qué tan fácil es para ti comunicarte con esta persona, ¿tienes que pensar temas de conversación? 6. Si tu pareja es del sexo opuesto, ¿sabe su pareja de vuestra amistad? 7. 7. ¿Qué opina su pareja de las «pausas» cortas en su comunicación? 8. 8. ¿Se siente orgulloso de su pareja? 9. Si se han comunicado más estrechamente en el pasado, ¿se arrepiente de que haya pasado el tiempo? 10. Después de una conversación o un encuentro, ¿te sientes alegre, feliz y ligero? Si has respondido afirmativamente a la mayoría de las preguntas, puedes felicitarte de que realmente tienes amigos de verdad. Pero si te cuesta responder afirmativamente a algunas de las preguntas, o si te inclinas más por la respuesta «no», entonces es hora de echar esos esqueletos de tu «armario». Y por último, ¿qué es exactamente una Fly Lady? FLY es el acrónimo de «finalmente quiérete a ti misma». Te das cuenta de que