Adivinación y clarividencia: ¿cuál es la diferencia?

En el silencio del despacho titilan tenuemente las velas crepitantes de la iglesia. El adivino extiende tranquilamente las antiguas cartas, una a una, y con voz segura habla del futuro. Todos los que han visitado salones de adivinación se han encontrado con una imagen así. Pero también ocurren otras tramas. Un clarividente mira en una bola de cristal o se sienta relajado en un mullido sillón con los ojos cerrados. Y él también habla de los acontecimientos que esperan al cliente en el futuro. Para los no iniciados es difícil comprender la diferencia entre adivinación y clarividencia. A menudo estos conceptos se fusionan. Al fin y al cabo, ambos permiten obtener una respuesta a la pregunta sobre el futuro. Sobre su destino. A veces, sobre el presente y el pasado. Para ambos se necesita un especialista con buena experiencia e intuición desarrollada. ¿Cuál es la diferencia? Intentemos explorar ambos procesos.

Un destello inesperado de conciencia, una respuesta preparada o una imagen clara del futuro que surge en la mente son ejemplos de clarividencia. Es un don natural que puede desarrollarse con entrenamiento y práctica. Al principio es difícil controlar las visiones, pero con los años se puede hacer cada vez mejor. Los clarividentes experimentados o hereditarios pueden garantizar la exactitud e integridad de la predicción. Además, la presencia del cliente no es necesaria en absoluto. Un clarividente profesional se ajusta a una persona por foto, por teléfono, por Internet… El asesoramiento a distancia o las predicciones astrológicas dan exactamente los mismos resultados que un encuentro cara a cara.

La mayoría de las veces, una sesión de clarividencia no implica objetos ni rituales adicionales: ésta es una de las diferencias con respecto a una sesión de adivinación. Sin embargo, la clarividencia da una respuesta, aunque sea clara, que se refiere a una situación más general. Para un cliente empresario, por ejemplo, un clarividente le ayudará a responder a preguntas como: «¿Qué pasará con mi negocio dentro de un par de años? «o «¿Cómo puedo aumentar mis ingresos? «

Si las preguntas son de carácter más restringid o-considerar una situación concreta para un determinado periodo corto de tiempo-, es mejor recurrir a un adivino. Y qué tipo de herramienta de adivinación elegirá el especialista dependerá de sus preferencias, especialización y de las preguntas formuladas. Si para adivinar sobre el amor, el mejor ayudante serán las cartas del Tarot (por ejemplo, Tarot Manara o adivinación sobre las cartas del Tarot Lenorman). Pero para responder a preguntas sobre el destino, la salud, el futuro, algunos aspectos individuales pueden adivinación cartas, runas, huesos (adivinación tibetana Mo). Por cierto, los hombres de negocios exitosos, artistas y políticos utilizan los servicios de ambos clarividentes y adivinos. Esto les ayuda a obtener información más fiable y a tomar las decisiones correctas. Te recomendamos que tomes ejemplo de ellos. Con los conocimientos y la formación adecuados, cualquiera puede adivinar el futuro. Habría que desearlo. Sin embargo, hay situaciones en las que sigue siendo imposible arreglárselas solo. Después de todo, un profesional tiene en cuenta muchos matices. Por lo tanto, sin la experiencia adecuada, las interpretaciones de aficionados seguirán siendo inferiores en calidad a las predicciones de un profesional, ya sea un clarividente o adivino. Es importante tener en cuenta que, mientras que aprender a adivinar e incluso convertirse en un buen adivino puede ser bastante fácil, es muy difícil lograr la clarividencia sin el don apropiado.