La información proporcionada en este artículo no puede utilizarse para hacer un diagnóstico o prescribir un tratamiento y no sustituye la visita a un psicoterapeuta. Consulte a un experto.
Las emociones se transfieren muy fácilmente de una persona a otra: inconscientemente sentimos las experiencias de las personas que nos rodean y caemos bajo su influencia, no siempre positiva. Los expertos de Astro7 nos explican cómo reforzar la inmunidad emocional e independizarnos de la agresividad, el estrés y la depresión de otras personas.
¿Por qué se contagian las malas emociones?
En términos científicos, las emociones en nuestro cuerpo se propagan a través de una red inalámbrica de neuronas espejo, una pequeña sección de nuestra cabeza que entiende y empatiza con las emociones de otras personas. Recuerda cómo tus compañeros empezaron a bostezar después de ti, y tu amigo cayó en el abatimiento por la triste historia que le contaste o empezó a sonreír contagiado por tu buen humor. Tú, como el aire, inhalas el mal humor de los compañeros en la oficina, el desánimo de las amigas en las sentadas en los cafés y la agresividad de los compañeros de viaje en el transporte público.
Y estaría bien que las emociones positivas resultaran «contagiosas», pero no: en la mayoría de los casos sólo recogemos negatividad de la gente que nos rodea. Los estudios demuestran que la mera visión de una persona que está bajo la influencia de sentimientos negativos, estresada o deprimida, afecta inmediatamente a nuestro bienestar. El cerebro los lee y desencadena inmediatamente una respuesta en el organismo. Para «contagiarse» de emociones negativas, ni siquiera hace falta hablar con una persona de sus problemas. Basta con estar cerca de ella y captar la «enzima de la ansiedad».
Curiosamente, todo esto también se aplica a todo lo que ves en una pantalla, lees en un libro o en una tableta. Ver Juego de Tronos o leer Crimen y Castigo de Fiódor Dostoievski a la hora de acostarse no le hará, desde luego, una persona feliz.
Cómo reforzar su inmunidad emocional
Entonces, ¿qué hacer? ¿Aislarse, trabajar desde casa y no relacionarse con los amigos? Por supuesto que no. Utiliza nuestros consejos para contrarrestar los efectos negativos de las emociones ajenas y reforzar tu inmunidad emocional.
Incorpora el pensamiento positivo
Cambia tu actitud ante todo lo que ocurre a tu alrededor. Incluso el estrés y la depresión pueden percibirse con humor: ¿qué no es una excusa para tirarse un par de días en el sofá en pijama, matando el tiempo viendo series interminables o leyendo su libro favorito? No percibas el estrés como una amenaza, porque es en situaciones extremas cuando «el acero se endurece». Entonces, entrando en el modo habitual, cualquier actividad cotidiana en casa y en el trabajo la percibirás como un cuento de hadas. No te eches a llorar cuando veas, por ejemplo, un gato callejero en el patio, sino tómatelo como un reto: puedes alimentarlo deliciosamente, tratarlo y ponerlo en buenas manos.
Actúa según el principio de «tirar el cable de la corriente».
Elija comportamientos que neutralicen el impacto negativo. No agarre estas emociones al vuelo, sino actúe según el principio de «tirar del cable de alimentación». Simpatiza, pregunta cómo ayudar y, si es posible, ayuda a la persona, pero no te sumerjas en el océano del estrés, la añoranza y la desesperanza. Responda a cualquier negatividad con una emoción positiva.
Fortalece tu inmunidad
La mejor defensa contra la negatividad es una autoestima fuerte. Si te quieres a ti mismo, no sufres complejos y no te maltratas, será más difícil que las influencias negativas se apoderen de ti. En cuanto te sientas mal después de comunicarte con alguien de tu entorno, para 5 minutos y piensa qué es exactamente lo que te ha hecho sentir triste. Si te va bien, no tiene sentido suspirar «por compañía».
Sé proactivo
Durante el día, planifica aquellas actividades que te garanticen levantar el ánimo. Cuando vayas a trabajar, vístete bien, maquíllate y péinate, y cada vez que te mires en el espejo, subirás tu estado de ánimo. De camino a la oficina, cómprate una taza de café aromatizado para disfrutarlo con los sonidos de la ciudad despierta. Llévate unos tentempiés sabrosos y saludables al trabajo, por la tarde «regálate» una visita a un spa o club deportivo, da un paseo por el parque, charla con los amigos o pasa tiempo en compañía de tu persona favorita. Seguro que tienes tus propias «fichas»: úsalas.
El deporte es un gran poder
Nada «despeja» tanto la cabeza de pensamientos negativos como un paseo o hacer footing por el parque, entrenar en un club deportivo o al aire libre, meditar. ¿Sientes que tu mal humor se acerca al punto de peligro? ¡Corre al estadio! Guarda para esta ocasión un uniforme deportivo de colores vivos, que te alegrará con su mera apariencia. Cinco minutos después, tu mal humor habrá desaparecido.
¿Tienes tus propios secretos que te ayuden a combatir las emociones negativas «contagiosas»? ¡Cuéntanoslos!